El excelente comportamiento elástico de la tubería TOM® le permite soportar grandes deformaciones del diámetro interior sin sufrir daños estructurales.
La canalización recupera inmediatamente su forma original, cuando cesa el esfuerzo tras un aplastamiento o cualquier situación mecánica accidental.
Además se minimiza el riesgo de roturas por deslizamiento del terreno u otros esfuerzos cortantes, como piedras o maquinaria permitiendo durante su instalación una gran adaptabilidad al trazado de la red. Su gran capacidad para guantar pesos elevados asegura, además el perfecto comportamiento de los tubos una vez soterrados.